El viernes 8 de mayo de 2020, tuvo lugar el sepelio de Pedro Montesdeoca Ramos en el Cementerio municipal de Artejévez en la Aldea de San Nicolás. A esa hora desde las casas, ventanas, azoteas, balcones, terrazas y calles, se aplaudió con toda la energía posible, para que nos sintiera cerca, al igual que hicimos esta mañana todos sus compañeros-as delante de Consultas Externas en el Materno, para mostrarle nuestro aprecio y estima, a quién siempre estaba dispuesto a ayudar a todos, colaborando, dando lo mejor de sí.

Sentimos su prematura marcha, y ocupa un lugar importante en nuestros corazones. Siempre contó con Intersindical Canaria para sus reivindicaciones de todo tipo, a personas, colectivos, por su pueblo La Aldea de San Nicolás.

Nos sumamos a la petición para que sea reconocido Hijo Predilecto de la La Aldea de San Nicolas, por su generosidad, algería y su orgullo de pertenencia a La Aldea y se le ponga su nombre al nuevo túnel del macizo de Faneque,  por su ardua  lucha en su construcción.

Desde la consternación y el dolor por su pérdida, deseamos que descanse en la paz del universo, con la satisfacción de haberlo dado todo por los demás. Hasta siempre compañero y amigo.

Se le leyó en su memoria el siguiente texto en el Materno:..

...“Ayer nos levantamos con una triste noticia, el fallecimiento de nuestro compañero, el Dr. Pedro Montesdeoca; Traumatólogo Infantil, vinculado al hospital Materno-Infantil desde siempre. Pedrito, como lo conocían sus paisanos aldeanos, porque si de algo estaba orgulloso Pedro era de sus orígenes. Embajador de San Nicolás de Tolentino como él, pocos. Aficionado del Real Madrid hasta la médula, disfrutaba poniendo el sello de su equipo en las manos de nuestros pequeños pacientes. Pero no solo era feliz con el fútbol, también con su querido Granca, con el que, Navidad tras Navidad, paseaba orgulloso por los plantas de nuestro hospital. Presumido como nadie, ya trabajaba estos días con su mascarilla de diseño para no perder la elegancia. Nos parece injusta su marcha prematura, sin tiempo a prepararnos, sin ocasión de rendirle un cálido homenaje, sin poder transmitirle a su familia lo que lo apreciábamos; Sin tiempo a que él viera cumplido uno de sus mayores deseos, ver terminada la carretera de su Aldea del alma. Querido Pedro, querido compañero traumatólogo, nos dejas cojos, allí donde estés descansa en paz. Tus compañeros del Hospital”.