Fuente de la imagen: Facebook del periodista -ahora paciente- José Martín Ramos.

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Es absolutamente falso como señala el Director del Servicio Canario de Salud del PSOE, que sea para remozar servicios. Es una medida economicista, que tiene su base en la Ley de Presupuestos de este año, que no se aleja de los ajustes y recortes brutales de años anteriores, tanto fiscales, como del gasto público, como de inversiones públicas, por lo que continua el deterioro de nuestra sanidad pública. El modelo fracasado de la austeridad se mantiene.

Intersindical Canaria denunció la falta de previsión presupuestaria y que  no se podría frenar el deterioro de servicios esenciales, como las urgencias y las listas de espera. Recordar que en los últimos años, fruto de esa política, se han restado al presupuesto sanitario unos 744 millones de euros, sobre los 800, si sumamos el gasto farmacéutico no contabilizado.

Los pacientes sufrirán las consecuencias, especialmente los niños del Materno Infantil, que en breve denunciaremos públicamente en Rueda de Prensa.

El personal de estas unidades tampoco verá mejorar sus condiciones laborales, al contrario se verá seriamente afectado negativamente.

El PSOE al frente de la Consejería de Sanidad, aplica miméticamente las actitudes de años anteriores del PP y de Coalición Canaria, con un agravante, mienten para disfrazar los cierres de camas, grave, muy grave.

Preocupante la sumisión de los gestores, directivos y mandos varios...

...un aspecto clave de buen gobierno es adoptar, primero, y mantener, después, procedimientos para que la toma de decisiones en todos los niveles de la sanidad pública sea transparente y abierta a la consulta y la participación de trabajadores y usuarios, el proceso es clave como elemento de mejora de la calidad de las normas y actuaciones, abiertos a consulta pública, en los cuales se analicen los problemas, alternativas y políticas propuestas, de forma que estas puedan recibir críticas y aportaciones de todos los ámbitos de la sociedad, con el objetivo de implantar una cultura de buenas prácticas en los servicios sanitarios. La eficacia, legitimidad y autoridad en la gestión exigen la profesionalización y estabilidad contractual de los gestores, así como diferenciar su papel del de los políticos, responsables últimos ante los ciudadanos de la sanidad pública. La politización de la función directiva anula la autoridad necesaria para tomar decisiones y gestionar trasformaciones.

La sanidad pública ha de responder con la mayor calidad, efectividad, eficiencia y equidad a las necesidades, demandas y preferencias de ciudadanos y pacientes en relación con la sanidad, planificándola, gobernándola y gestionándola considerando que los ciudadanos son sus auténticos propietarios, destinatarios y jueces.

Es necesario implicar activamente a los profesionales sanitarios en la sostenibilidad del sistema, en la elaboración de políticas de salud, en la gestión y en la toma de decisiones.

Los cambios estructurales que necesita la sanidad canaria han de encontrar un contexto organizativo apropiado sólidamente fundado en valores. El concepto de buen gobierno va mucho más allá del cumplimiento de las leyes, obtener buenos resultados, ausencia de corrupción, mala gestión y nepotismo. También exige que el proceso de toma de decisiones responda a un conjunto de reglas consensuadas de participación democrática, transparencia, responsabilidad, rendición de cuentas y obediencia a códigos de conducta.